- Entiendas, reprogrames y calmes tu MENTE para que sea tu mejor aliada en vez de tu enemiga
- Suavices las tensiones de tu CUERPO y lo cuides para que sea tu templo del Olimpo en vez de tu cárcel infernal
- Des espacio y liberes tus EMOCIONES en vez de intentar controlarlas y que se desborden en cualquier momento
- Incorpores HÁBITOS de autoconsciencia y autocuidado en tu vida cotidiana que te sean fáciles como el respirar
Poco antes de terminar el curso pude poner en práctica todas las herramientas que me había proporcionado. La experiencia fue la siguiente. Me encontré que al volver al coche me habían encerrado literalmente, no podía salir. En otra ocasión seguro que me hubiera angustiado, enfadado y me hubiera costado salir de esa espiral de daño gratuito hacia mí misma. Las herramientas de autocompasión me sirvieron primero a tomar conciencia de la situación, respirar y pensar que es lo que yo podía hacer. Sin sentirme responsable de lo que estaba sucediendo (en otra ocasión me hubiera incluso sentido culpable de no aparcar en otro lugar). Intente desde la calma probar de salir haciendo maniobras. Confíe en mí porque sabía que todo saldría bien. Cosa que si uno no se quiere así mismo, cuesta de conseguir (gracias al curso). Por último acepté que necesitaba ayuda, algo que es de mucha humildad y que el curso también te lo enseña. Finalmente pude salir de allí con ayuda. En otra ocasión directamente hubiera estado atacada de los nervios.
Magnolia